He comprendido, después de recorrer el continente entero, que no encontraré a otra sonrisa igual a la tuya, a otra mujer ideal, como la que he admirado y enamorado desde el primer momento que la vi.
Seria muy egoísta de mi parte encadenarte a mi. Te quiero demasiado como para dejarte vivir y ser feliz en otros brazos. 

Este mundo es tan breve y cruel para los solitarios. 
Sólo pienso en el error que cometo al dejarte ir.

Un mundo caótico. Un mundo. Uno.
Eso soy ahora, uno.
Uno mas que se desdicha y lamenta levantarse de la cama, confundido y aturdido por las fauces de su propio abismo. 
Uno que no sabe como seguir adelante sin tu sonrisa. Uno que odia decir adiós pero cree que es lo mejor.